viernes, 8 de junio de 2012

Back Again

                                                         


Hoy tenemos una cita, y quedamos en Vigo, estamos de celebración.

Una semana después del gran día, estoy encantada de dedicarle mi entrada al gran Celtiña.
Han sido cinco años eternos relegados a la Segunda, pero que nos han fortalecido como equipo y nos han enseñado a luchar con uñas y dientes, nos hemos convertido en un equipo de verdaderos luchadores celtas.


Vigo, ciudad gallega costera, cuenta con un equipo de fútbol que hace historia. El del domingo suma el undécimo ascenso del equipo, que presenció el primero en la temporada 1935-36. Con el paso de los años, y tras varias subidas y bajadas, en el 2004 el Celta debutó en la Liga de Campeones con Víctor Fernández en el banquillo.
Descendió para volver a Primera al año siguiente. Desafortunadamente, descendieron después y han permanecido a la sombra durante cinco duros años.

Hoy, sin embargo, podemos gritar a los cuatro vientos que tenemos un equipo de Primera y que esperemos siga así por mucho tiempo. El ascenso que presenciamos el domingo en Balaídos podemos decir que es, además de por la calidad de sus jugadores, por unos seguidores incondicionales que los han acompañado tanto en casa como fuera de Vigo. Han estado ahí, con sus bufandas y banderas, sus cánticos y bailes sin importar las adversidades.

Eran alrededor de 7.000 los incondicionales del equipo celeste, sin embargo, y sin menospreciar a nadie, querría destacar de entre ellos a una peña muy especial; IRMANDIÑOS

  

Los integrantes de la peña han apoyado al Celtiña con lluvia, con frío, en días de fiesta, por la mañana, por la tarde, incluso aquellas jornadas de viernes. Han antepuesto Balaídos a cualquier otro plan alternativo propio de la diversión juvenil. Han viajado 17 horas ida y 17 horas vuelta a la otra punta del país con el único fin de transmitir a la plantilla del Celta su ánimo, su ilusión, su garra y sobre todo, su amor por los colores, ese azul celeste que brilla como un día despejado a pleno sol.
Es una peña de edades varias, de gente con corazón, sana y muy divertida. El domingo pude disfrutar con ellos del gran día del Real Club Celta de Vigo, rodeada de banderas, camisetas, bufandas y
gargantas dispuestas a elevar a su equipo a lo más alto de la tabla.
Solo me queda deciros, IRMANDIÑOS, qué grandes sois. Enhorabuena!!!


Para terminar, mis más sincera enhorabuena a todos los vigueses seguidores de nuestro equipo, a aquellos que estamos lejos y que también, pese a la distancia, sentimos los colores.
     Lo, lo, lo, lo looooooo, Real Club Celta de Vigo.... Lo, lo, lo, lo, looooo!!!!



Somos y seremos siempre un Celta de Primera,

                                                         !nos "vemos" pronto!

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